Hijos de Némesis somos una fundación religiosa, seguidores de Némesis la diosa de la justícia y la venganza.
No dudaremos en lanzarnos a la batalla, pues sabemos que nuestros ideales son los correctos y la diosa nos ampara.
Así mismo exploramos los confines del universo difundiendo su palabra.
Némesis es una de las deidades primordiales de la mitología griega, esto significa que no está sometida a los dictamines de los dioses olímpicos por ser anterior a ellos. Las deidades primordiales salían de las fuerzas primigenias del Universo y no se someten a otro control que ellos mismos.
Némesis es la diosa de la justicia retributiva, la venganza y la fortuna. También castigaba a las personas que no obedecían a sus superiores, aquellos que tenían el derecho de mandarlas, y, por tanto, a los hijos que desobedecían a sus padres. Otra de sus funciones era la de recibir los votos y juramentos secretos de amor y vengaba a los amantes traicionados por la infidelidad o el abandono de sus amantes.
La Diosa vigila la correcta distribución de la felicidad y el derecho y, por tanto, también se encarga de impartir el justo castigo por los delitos cometidos y por la soberbia humana. Némesis proviene de la voz “nemein” que significa reparto, administración, distribución.
Representa la atribución por una autoridad legal; de un modo más preciso, Némesis es la justa repartición en tanto no es respetada, en tanto es amenazada y puesta en tela de juicio. Asociada a Temis, que asienta la justicia verticalmente desde los dioses, Némesis define un plan de repartición-retribución de forma correcta, legal y castiga la excesiva y arbitraria. Sus sanciones tienen usualmente la intención de dejar claro a los hombres que, debido a su condición humana, no pueden ser excesivamente afortunados ni deben trastocar con sus actos, ya sean buenos o malos, el equilibrio universal.
En su valor simbólico, Némesis personifica la “venganza divina”; la divinidad que castiga el crimen, pero, sobretodo, representa el poder encargado de suprimir toda “desmesura”, como aquel que permite el exceso de felicidad en los mortales, el orgullo de los reyes, etcétera. Esta es una concepción fundamental del espíritu helénico: todo cuanto sobresale de su condición, tanto en bien como en mal, se expone a las represalias de los dioses, pues tiende a poner en peligro el imprescindible equilibrio universal; por eso debe castigarse si se quiere que el mundo siga tal como es. De este modo, por ejemplo, Creso, demasiado feliz por sus riquezas y su poder, es arrastrado por la Némesis a su expedición contra Ciro, expedición que acaba por ser una ruina, el castigo a una ambición desmedida.
El poder irresistible de Némesis está expresado por su asociación con Adrastea, divinidad asiática que se confundió con ella, hasta ser este nombre uno de sus epítetos. Némesis es uno de los atributos del dios supremo, y era, en unión de Adrastea, el instrumento de la cólera divina.
Es la personificación del levantamiento contra la injusticia (el nombre griego significa “ira”, al propio tiempo vengadora del crimen cometido y juez imparcial en los certámenes, provista de balanza, espada y regla de medir. Como diosa del destino tiene el poder de retrotraer al suelo de la realidad a aquellas personas que han gozado de una buena suerte inmerecida.
La procedencia de la diosa no está clara. Hesíodo la considera hija de Érebo y Nix (la Oscuridad y la Noche), mientras que Pausanias atribuye la paternidad de Némesis a Océano.
A Némesis se le atribuye tres hijos. Amada por Zeus, Némesis huye de sus requerimientos, y para poder librarse de él adopta varias formas, entre ellas pez, ganso y cisne, y finalmente termina transformándose en oca. Zeus consigue poseerla transformándose a su vez en cisne y, de esta unión, Némesis concibe un huevo.
La diosa entrega ese huevo, por medio de unos pastores, a Leda, reina de Esparta, para su crianza y cuidado. De este huevo surge Helena y los Dioscuros, Cástor y Pólux. Esto provoca que tras el rapto de Helena por parte de Paris, y el estallido de la guerra de Troya, Némesis sea una de las deidades que intervienen en la contienda.
Como seguidores de Némesis, sus hijos estamos llamados a mantener el equilibrio del universo.
Descendientes de los hijos que ya en tiempos de los Griegos ayudaban al mantenimiento del equilibrio, ésta fundación religiosa tiene miles de años de antiguedad dedicados a esteblecer un orden en el universo.
Así mismo seguimos con la antigua busqueda del “huevo que la diosa le entregó a Leda” una poderosa reliquia desaparecida hace milenios.
Exploramos los confines del universo, difundiendo la palabra de nuestra diosa. Con la esperanza de encontrar el huevo o alguna noticia sobre el o sobre nuestra diosa. “Sabemos que cuandos encontremos dicha reliquia nos hará imparables”.
Vuela libre, difunde nuestra palabra y duerme tranquilo sabiendo que lo hijos velan por tí.